Respuesta a las estúpidas acusaciones

... de una organización en vías de desintegración

Hemos leído en el sitio de la CCI (página en francés) un documento titulado “El BIPR, rehén de unos bribones” (Le BIPR pris en otage par des voyous) el cual destaca, ante todo, por la extrema vulgaridad de expresión. Comenzando por el trato de “bribones” (voyous) dado a los compañeros de la FICCI, pasando por los “pies en la mierda” (pieds dans la merde) y las “canastitas de boda” (corbeille de marriage) hasta la “mujer deshonesta” (femme de petit vertu) en relación a la “blenorragia” (blennoragie), la vulgaridad es el rasgo distintivo de este documento.

Es por esto que las seis páginas del “documento” no merecerían respuesta, a no ser para puntualizar dos o tres cosas:

  1. Nuestros contactos con la FICCI existen y se mantienen porque queremos evitar que la enésima escisión de la CCI, con la pérdida correspondiente de dirigentes de la “vieja guardia”, se resuelva con el nacimiento de otro nuevo grupo disidente de la CCI que reivindique su ortodoxia, como casi siempre ha sucedido, tanto en la CCI como en Programma Comunista. Lo que discutimos con la FICCI son precisamente las cuestiones metodológicas de base que nos separan desde siempre de la CCI, para convencer a estos camaradas que es precisamente en éstas donde reside la razón de la debilidad intrínseca de la Corriente.
  2. No es, por tanto, ni a la CCI, ni a nadie, que tenemos que rendir cuentas de nuestro comportamiento político, y la pretensión de la CCI de referirse a presuntas tradiciones de la Izquierda Comunista tan sólo resulta patética, tal como esa voluntad de enésimo intento de “encauzar” al viejo “campo político proletario” que estaría conformado por la CCI, los bordiguistas y nosotros, y sobre el cual hemos declarado que no es ya - si es que alguna vez lo fue - el medio de formación del partido internacional del proletariado.
  3. Rehusamos considerar siquiera las “Tesis sobre el parasitismo” editadas en el curso de otra crisis de la CCI misma, porque son la manifestación de la debilidad intrínseca de la CCI: mientras suceden tantas cosas en el mundo, la CCI no encuentra nada mejor qué hacer, que escribir unas “tesis” sobre sus querellas internas de naturaleza político-organizativa aplicando, por lo demás, los habituales esquemas disociados de la realidad. Así, la debilidad organizativa no sería el producto inevitable de una situación todavía contrarrevolucionaria, en la cual cualquier “intelectual” rodeado de algunos simpatizantes se siente con el derecho de hacer su grupito, hurtando de aquí y allá algunas ideas y posiciones, o de la propia incapacidad para mantenerse unidos con camaradas, sino que sería más bien el producto de una conjura de la burguesía contra las fuerzas revolucionarias, utilizando “grupos parásitos”. Francamente, estamos hartos de discutir para no llegar a nada, cuando tenemos que trabajar para tratar de entender lo que está sucediendo en el mundo.
  4. No damos ningún aval a la cuestión del “robo”, porque no hubo ningún robo real. Si unos camaradas dirigentes de la CCI - que como tales disponían de archivos de direcciones de su organización - rompen con la organización misma, declarando además su intención de querer recuperar a los camaradas a la “vía correcta”, y conservan esos archivos de direcciones, no se trata de un robo. El falso moralismo de la CCI hiede, pues, a hipocresía, cuando lanza acusaciones de todo género a quien la abandona.
  5. Del mismo modo rechazamos como ridículas las “advertencias” por parte de una organización que continuamente pierde partes completas, y en cada ocasión grita por el complot de la burguesía, y en cada ocasión lo que recibe son acusaciones de oportunismo y estalinismo, sobre las cuales nunca hemos tratado de especular.

Al contrario, reivindicamos como correcto el método que nos conduce a una lenta pero segura agregación de fuerzas revolucionarias, unidas por la adhesión a los principios y al programa de la revolución comunista que, una vez homogeneizadas en este plano, no han dado nunca, y difícilmente darán lugar, a las verdaderas escisiones a las cuales la CCI - como Programma Comunista - está desde siempre condenada, debido a su vacuidad metodológica y política.

BIPR, 15 de octubre 2004