Disturbios sudafricanos: estalla la crisis social

A mediados de julio, la crisis social en Sudáfrica (SA) estalló en una semana de disturbios, saqueos e incendios que se extendieron por las provincias de KwaZulu-Natal y Guateng. A finales de mes, habían muerto más de 330 personas y un rastro de destrucción en las principales ciudades y centros comerciales. Una indicación de la magnitud de la destrucción se ve en la lista de tiendas, almacenes y cajeros automáticos saqueados. Se informa que se quedaron vacíos 161 centros comerciales, fueron saqueados 200 centros comerciales, 11 almacenes, 1.400 cajeros automáticos, 90 farmacias, 40.000 negocios, y la lista continúa, mencionando fábricas y otros locales. La policía estaba abrumada y, a menudo, se mantenía al margen mientras las tiendas eran saqueadas; algunos incluso fueron fotografiados uniéndose al saqueo y llenando vehículos policiales con botines. Lo que ocurrió fue una ruptura parcial de la ley y el orden. Esto dio lugar a que vigilantes armados establecieran bloqueos en las carreteras para proteger a las comunidades locales. Estos desencadenaron aún más violencia, como en el área de Phoenix de Durban, donde se informa que los propios vigilantes mataron a 38 personas. Finalmente se restauró el orden al incorporar al ejército a escala sin precedentes. Se han movilizado 12.500 soldados para restablecer el orden. Es significativo que los utilizaron para proteger infraestructura primaria como el puerto de Durban, las refinerías de petróleo y las rutas de transporte desde el puerto hasta el arrecife.

Las provincias de KwaZulu-Natal y Guateng juntas producen aproximadamente la mitad del Producto Nacional Bruto de SA y, por supuesto, la burguesía de SA se apresuró a poner precio a la destrucción. Calculan que la pérdida es de 50 mil millones de rand o 2.400 millones de dólares. (1)

¿Por qué se ha ocurrido esto?

La Causa de los Disturbios y Saqueos

La chispa inicial que detonó esta conflagración parece ser la acción de los leales al expresidente Zuma. Ellos iniciaron disturbios en respuesta al encarcelamiento del expresidente por desacato al tribunal. Zuma, que siempre se presentó como amigo de las masas oprimidas y enemigo de la clase capitalista blanca, no era, por supuesto, nada de eso. Durante sus 9 años como presidente, la condición de la clase trabajadora se deterioró, a medida que aumentaba el desempleo, la desigualdad y la pobreza. En lugar de ayudar a los desposeídos, como prometió, se ayudó a sí mismo y a sus amigos del ANC. Presidió una red de leales comprometidos con el saqueo del estado. Se estima que se robaron $ 70 mil millones (2) durante los 9 años de Zuma como presidente. El mismo Zuma fue el saqueador. También ahuecó la policía estatal, la supervisión del gobierno y los servicios de inteligencia dotándolos de leales que se unieron con entusiasmo al robo en lugar de detenerlo. Esto creó una vasta red de cuadros del ANC con el hocico en el abrevadero y un clima de impunidad. Por lo tanto, hay toda una facción del ANC que se verá amenazada si se lleva a Zuma a la justicia y se produce una limpieza real de los establos de Augias. Claramente quieren una amnistía para Zuma y para sí mismos y ven su encarcelamiento como el principio de algo peor que los sacará de sus posiciones e incluso puede llevarlos a la cárcel. Les interesaba tratar de obtener un perdón para Zuma y su estrategia parece haber sido convertir al país en ingobernable tras el arresto de Zuma. Parece que iniciaron el saqueo de tiendas, el bloqueo de las carreteras principales que conectan el puerto de Durban con Johannesburgo y sus secuaces fueron los responsables del incendio. Según el gobierno lo que hemos visto fue un intento de golpe. El presidente, Ramaphosa, lo llamó un "intento de insurrección" y la historia que nos cuenta el gobierno es que la raíz de los disturbios y saqueos es una lucha de facciones del ANC por el control del estado. El hecho de que utilizaran al ejército para vigilar instalaciones clave como puertos, refinerías de petróleo y estaciones de radiodifusión muestra que ellos mismos se tomaron esta narrativa en serio. Si fue un intento de golpe, la facción Zuma es bastante desesperada, y su violencia solo ha fortalecido la mano de Ramaphosa. Sin embargo, una purga de la corrupción del ANC probablemente dividiría a la organización, y es dudoso que Ramaphosa esté dispuesto a llevarla a cabo. No obstante, la explicación del “intento de golpe” es muy conveniente para Ramaphosa porque se desvía de la crisis social que ha ido empeorando constantemente durante sus tres años y medio como presidente. Para los desempleados y los indigentes surge una historia diferente.

Una vez que se inició el saqueo, se propagó como el fuego y los leales a Zuma fueron incapaces de controlarlo. En realidad, detonaron una bomba de tiempo que ya estaba a punto de explotar. Algunas estadísticas indican la desesperada condición de la clase trabajadora de Sudáfrica, particularmente los desempleados de larga duración. Oficialmente la tasa de desempleo es del 33% y 11 millones de personas están sin trabajo, pero cuando se suman los que han dejado de buscar trabajo es del 43%. (3) Algunas de estas personas, sin embargo, están empleadas en la economía informal. Hay 12,5 millones de personas que reciben prestaciones estatales; aproximadamente el 20% de la población y más de la mitad de los 60 millones de habitantes del país viven en la pobreza.

El estado ha estado tratando de recortar la cantidad gastada en asistencia social y en abril se detuvo una subvención de R350 (£ 17.50) por mes para los desempleados. (4) Esto y la cuarentena estricta impuesta a fines de junio, que cerró la mayor parte de la economía informal, fueron golpes adicionales para los indigentes. Incluso la Confederación de Sindicatos Sudafricanos (COSATU) que, junto con el llamado Partido “Comunista” de Sudáfrica, está en una alianza tripartita con el gobierno gobernante del ANC, admitió en su sitio web que:

El desempleo es una bomba de relojería que explotará en la cara de los encargados de formular políticas y tomar decisiones ... millones de sudafricanos pasan hambre y están desempleados. Dado que han sido sistemáticamente aislados de la economía dominante y su economía de supervivencia es constantemente saboteada, han llegado a un punto en el que sienten que no tienen nada que perder. La crisis de pobreza, desigualdad y desempleo no se puede justificar. (5)

Millones de desempleados se han trasladado a las ciudades en busca de trabajo y viven en asentamientos informales que consisten en chozas. La asociación de habitantes de chozas Abahlali baseMjondolo ahora afirma tener 100.000 miembros. El hecho de que los indigentes y los hambrientos estuvieran tan cerca de los centros comerciales y los supermercados explica cómo los disturbios y los saqueos se extendieron tan rápidamente. Los saqueadores eran en su mayoría hombres jóvenes negros afectados por el desempleo y la pobreza agravada por la pandemia, y el saqueo fue inicialmente por comida. Thapelo Mohapi, portavoz de Abahlali baseMjondolo, afirmó que los disturbios reflejaban la desesperación por años de desempleo y hambre agravada por la pandemia.

Este no se trataba de Zuma, era una bomba de relojería.

En el área del parque Umgeni de Durban, un asentamiento de chozas se encuentra justo debajo de los frondosos suburbios y almacenes. Thapelo Mohapi agrega:

La gente incluso cocinaba plantas silvestres durante la cuarentena. [Durante el saqueo] ... la gente tomaba comida y decía "No sé quién es Zuma". Mientras algunas personas tomaban comida, los partidarios de Zuma iban y quemaban. (6)

Otro factor, que apunta el portavoz de Abahlali y que el ANC no puede disfrazar, es la flagrante desigualdad que existe en el país. Esto es ahora mucho peor de lo que era bajo el apartheid y, según el Banco Mundial, la desigualdad es la peor de cualquier país del mundo. La distribución del ingreso es tal que el 10% más rico toma el 65% del ingreso total del país mientras que el 50% más pobre obtiene el 6%. (7)

Es claro que esto fue una erupción de resistencia por parte de las masas indigentes, hambrientas y oprimidas que un sector de la clase dominante sudafricana trató de manipular para sus propios fines. Fue una erupción como la que hemos visto recientemente en Cuba (8), en Colombia, en Estados Unidos (9) e Irán (10) y en otros lugares. Lo que une a todos estos eventos es, por supuesto, la crisis capitalista que la clase dominante en todo el mundo está tratando de resolver por medio de arruinar las condiciones de vida de la clase trabajadora. El gobierno del ANC es el brazo ejecutivo del capitalismo de Sudáfrica y, a pesar de su incompetencia y corrupción, está llevando a cabo las medidas que la clase capitalista mundial cree que pueden rescatar este sistema en decadencia.

ANC y la Clase Trabajadora

Casi tres décadas de gobierno del ANC han demostrado el verdadero contenido del nacionalismo africano. Es ni más ni menos que el capitalismo controlado por gente de rostro negro, y se opone violentamente a los intereses de la clase trabajadora. Los años desde que el ANC asumió el poder en 1994 han demostrado que se opone a la clase trabajadora tan violentamente como al régimen de apartheid al que sustituyó. Solo necesitamos mencionar la masacre de Marikana en agosto de 2012, donde su policía disparó y mató a 34 mineros en huelga, para ilustrar esto. (11) Para la clase trabajadora de Sudáfrica, dar apoyo al ANC ha demostrado ser un desastre. Escribimos en nuestro periódico Workers' Voice en 1990:

Muchos trabajadores negros ven a Mandela como el hombre que los liberará de la explotación y las dificultades. Están muy engañados. ... De hecho, los objetivos del ANC no tienen nada que ver con los intereses de la clase trabajadora, buscan utilizar el poder del estado para fomentar una clase capitalista negra. ... Los trabajadores sudafricanos no tienen ningún interés en colocarse en la infantería de los nacionalistas africanos. (12)

Y esto es precisamente lo que ha ocurrido. El ANC ha utilizado al estado para crear un estrecho escalón de capitalistas africanos, algunos de ellos multimillonarios, mientras que la clase trabajadora ha sufrido desempleo, pobreza y hambre peor que bajo el apartheid. El presidente, Ramaphosa, cuyos activos en el último recuento ascendían a 450 millones de dólares, es un representante de los pocos, en su mayoría miembros del ANC, que se han enriquecido a través de su control del estado o sus políticas como el programa de Empoderamiento Económico Negro. Mientras tanto, como nos dice Abahlali, los habitantes de las chozas se ven obligados a sobrevivir comiendo plantas silvestres. Además, según el Abahlali, el gobierno está tratando de poner a sectores de la indigencia unos contra otros, utilizando el tribalismo, el nacionalismo y la raza como un medio para desviar la ira de las masas lejos del gobierno. Las autoridades atribuyen la escasez de viviendas en Durban, por ejemplo, a los Xhosa que se trasladan desde el Cabo Oriental, a los proletarios de Mozambique y Malawi que se han trasladado a la ciudad en busca de trabajo. Los matones del ANC han estado atacando a los indios, a quienes los británicos llevaron a Natal como trabajadores contratados en el período de 1860 a 1910, y les han dicho que regresen a la India. El ANC se está inclinando precisamente hacia la misma estrategia que utilizó el régimen del apartheid en los años ochenta.

Los acontecimientos de los últimos 27 años muestran las desastrosas consecuencias para la clase trabajadora de apoyar la lucha nacionalista. En lugar de plantear los problemas en Sudáfrica en términos de clase, el ANC los planteó en términos de raza, tal como lo hizo el régimen del apartheid. Sus promesas a los trabajadores fueron inútiles. El sometimiento de la clase obrera de Sudáfrica a las fuerzas nacionalistas burguesas del ANC ha sido un trágico error cuyo precio ahora se paga con hambre y sangre. La justificación para tal sujeción presentada por estalinistas y trotskistas se muestra como una completa tontería, como hemos explicado en textos anteriores. (13) Su afirmación de que el capitalismo de Sudáfrica se basaba en el apartheid y acabar con el apartheid lo derrumbaría y, en consecuencia, causaría una crisis en el imperialismo global, sólo puede describirse como una fantasía. El ANC fue llevado al poder por la burguesía de Sudáfrica para rescatar el capital de Sudáfrica del callejón sin salida al que lo había conducido el apartheid. A pesar de su incompetencia y corrupción, lo ha hecho, pero, por supuesto, a expensas de la clase trabajadora de Sudáfrica.

El Camino a Seguir

La privación, el hambre y la opresión es lo que enfrenta la clase trabajadora, no solo en Sudáfrica sino en todo el mundo. Las protestas en Cuba, en China o en Irán muestran que las diversas formas de gobierno de la clase dominante hacen poca diferencia. Moler la condición de la clase trabajadora es la estrategia universal de nuestros gobernantes. Es una estrategia dictada por el propio sistema capitalista y la crisis que enfrenta hoy. Además, nuestros gobernantes no dudarán en recurrir a la violencia asesina, como en Marikana, para proteger el sistema. Sin embargo, el sistema debe ser derrocado.

Los disturbios y los saqueos representan un aumento elemental de la resistencia a las condiciones actuales, pero no ofrecen un camino a seguir. La clase capitalista es capaz de contener disturbios y saqueos. De hecho, la policía a menudo se queda al margen y deja que se produzcan saqueos, como en los disturbios estadounidenses en 2020, ya que los saqueadores se van a casa con su botín y las protestas pueden convertirse en parte del reformismo al estilo BLM. Los disturbios se utilizan para justificar nuevas leyes represivas que se utilizarán contra la clase trabajadora tan pronto como se levante la cabeza. Lo que faltaba en los disturbios sudafricanas era una voz del proletariado oponiéndose al sistema mismo. Lo que se necesita es una organización de la clase trabajadora capaz de orientar el descontento hirviente que envuelve a los trabajadores de Sudáfrica, y también a los trabajadores de todo el mundo, y señalar el camino hacia una forma superior de sociedad. Para lograr esto, necesitamos construir un partido de clases y un programa revolucionario para que el futuro resurgimiento de la lucha de clases tenga el objetivo de derrocar a esta sociedad dividida en clases; de romper la relación inicua entre trabajo y capital, y producir una sociedad donde los medios de producción estén socializados, donde el trabajo asalariado sea abolido y donde la producción sea por necesidad.

CP

Foto de: youtube.com

Notas

(1) El PIB de Sudáfrica para 2020 fue de £ 301 mil millones, por lo que la destrucción estimada fue de aproximadamente el 0,8% del PIB.

(2) Cifra de Judith February, abogada y periodista sudafricana, en conversación con Gideon Rachman del Financial Times 8/7/21

(3) Ver Financial Times 1/8/21

(4) El hecho de que se restableciera después de los disturbios indica que el régimen lo reconoce como una de las causas de los disturbios.

(5) polity.org.za

(6) facebook.com

(7) Reportado en Financial Times 1/8/21

(8) Cuba es el Último Episodio de la Agonía del Capitalismo (de Estado)

(9) The Murder of George Floyd: The End of Racism Starts with the Death of Capitalism

(10) Iranian Oil and Petrochemical Workers' Strikes Go On

(11) South Africa - Striking Miners Massacred by Police

(12) Véase Workers’ Voice (la Voz de los Trabajadores), núm. 51.

(13) South Africa's New Turmoil

Monday, August 16, 2021