Las rivalidades burgueses y la recomposición de alianzas imperialistas están detrás de la crisis iraní

Mientras que escribimos, manifestaciones se están llevando a cabo en Teherán y otras ciudades iraníes que están siendo atacadas brutalmente por la policía, flanqueada por los paramilitares (de los Basij, un tipo de milicia incorporada a la Pasdaran o la Guardia Revolucionaria), así que es aún difícil ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Lo cierto es que más allá de las consignas, y la intención subjetiva de la masa de personas que han tomado las calles, lo que está ocurriendo es un amargo enfrentamiento entre facciones de la burguesía iraní, alineadas detrás de cada uno de los candidatos presidenciales, siendo Moussavi y Ahmedinejad los dos principales contendientes para la presidencia, este último ya proclamado Presidente en voz alta. De hecho, la efervescencia inusual, sobre todo entre los jóvenes, y en particular en la capital, además de la masiva participación de votantes, ha dado esperanzas a la oposición, pero en una votación entre el "reformista" Moussavi y Ahmadineyad, éste fue confirmado oficialmente como vencedor con el 63% de los votos. Sin embargo, la inusual rapidez con la que los resultados fueron anunciados y otras irregularidades, llevaron a los perdedores a gritar que las elecciones fueron amañadas. Este fue el punto de partida para las protestas, las muertes en las calles de Teherán e Isfahán, los arrestos y las medidas restrictivas contra los ex-candidatos de la oposición, que al parecer habían perdido.

Que tuvo lugar el fraude, y en gran escala, es totalmente probable, pero la victoria, si podemos hablar de la victoria, del Presidente, no puede atribuirse únicamente a los trucos y la intimidación generalizada, tanto durante como después de la elección, por el Basij. Un poderoso instrumento estatal de consenso ha sido el uso de los ingresos del petróleo para proporcionar la seguridad social, un aumento en el número de docentes, así como las pensiones y los subsidios para los más pobres estratos socioeconómicos, con el fin de comprar su lealtad a un régimen que es a la vez en contra de los trabajadores y anti-proletario, a pesar del gasto social, que sólo se diseñó para amortiguar la miseria económica y el declive económico continuo del proletariado. La economía iraní no es inmune a las consecuencias de la crisis estructural del capitalismo que, poco a poco, alcanzó todos los rincones del planeta. La clase trabajadora de esa zona también es objeto de ataques en las condiciones de vida provocados por la burguesía de todo el mundo. En Irán, el puño de hierro usado sistemática contra las manifestaciones de las luchas obreras por el régimen fascista-Clerical ha despertado la envidia de otros gobiernos.

¿Tal vez algunos recuerden la huelga de los trabajadores en tranvías en Teherán, como siempre brutalmente reprimidas por las autoridades? En Irán también está aumentando la explotación - con el aumento del desempleo - los salarios bajan, aunque suavizado por los subsidios del gobierno, pero el espectacular descenso de los precios del petróleo, si no ha socavado los subsidios completamente, los ha debilitado gravemente. Por otra parte, la economía va tirando, en gran parte debido a que los enormes ingresos del petróleo no han sido invertidos en la producción real de plusvalía, sino han seguido el camino (aparte del gasto social), de la especulación, la característica típica del capitalismo contemporáneo. La crisis mundial ha agravado los problemas socioeconómicos del país y las fricciones entre grupos con intereses opuestos dentro de las distintas facciones burguesas. En términos crudos, hay sectores que miran más o menos hacia la familia del Ayatola Rafsanjani (una de las más ricas y poderosas del país), que están cansados de las limitaciones en la actividad económica impuestas por las sanciones internacionales y, por tanto, deseosos de una mayor apertura hacia fuera. Por otro lado, están los sectores de la burguesía cuyo poder se ha fortalecido en los últimos años. Son favorables a la política agresiva de Ahmadinejad y sus bastiones en la burocracia estatal, el Ejército y los Pasdaran. Vale la pena repetirlo - este conflicto es sólo un juego dentro de la burguesía iraní, aunque los "reformistas" (en realidad siempre han sido grandes jugadores en el interior del régimen fascista-Clerical) representan las esperanzas de millones de personas que desean una relajación de las formas más vulgares de control social que han estado en operación durante los últimos treinta años. Hay mucho en juego porque, como es bien sabido, Irán es el cuarto productor de petróleo del mundo, y se encuentra en la zona de peores tensiones imperialistas del planeta. Teherán, aunque sólo sea en calidad de observador, es parte de la Organización de Cooperación de Shanghai, que representa a los países de Asia Central, más China y Rusia (de hecho, Ahmadinejad participó en la reunión del grupo en Rusia el 16 de junio) y que está detrás de organizaciones como Hezbolá, apoya a Siria, quiere reducir el peso del dólar en las transacciones internacionales, y exige el derecho a utilizar la energía nuclear. En la práctica, según los EE.UU., es el "Estado rebelde" por excelencia. Es evidente entonces que todas las potencias imperialistas, grandes y pequeños siguen con atención, e incluso con aprensión, lo que está sucediendo, porque la eventual escisión en la clase dirigente iraní podría implicar de una manera u otra los planes estratégicos de Washington, así como Moscú o Pekín.

Actualmente parece que se propone un recuento parcial de los votos que, pero es difícil ver que esto podría anular el resultado de las elecciones y es aún menos probable que la banda burguesa en el poder ahora se retire en silencio, sin una lucha si el recuento de votos es declarada inválido. Claro, los acontecimientos podrían tomar otro curso si otro actor entra en el campo, un actor de que los medios de comunicación nunca hablan, es decir, la clase obrera luchando por sus propios intereses con sus propias organizaciones revolucionarias en contra de todas las facciones burguesas. Pero este es un tema no sólo para Irán...

IBRP June 09