Una Crítica Izquierda Comunista del Plataformismo (Parte I): La Majnóvschyna

Muchos a lo largo de los años han señalado las aparentes semejanzas entre el plataformismo y la izquierda comunista, y de hecho algunos camaradas que hoy contamos entre nuestras filas llegaron por primera vez a las posiciones y perspectiva de la izquierda comunista a través del plataformismo. Pero si bien la necesidad de que los revolucionarios se agrupen en una organización unida alrededor de a una plataforma política común, es algo que ambas tendencias reconocen, las diferencias entre estas van más allá de los superficialísmos estéticos. Son muchos los que nos han preguntado cuál es nuestra actitud hacia el plataformismo y lo que sigue es un intento en dos partes de responderles.

El impulso para redactar lo que eventualmente se convirtió en el documento fundacional de la tendencia plataformista, la Plataforma Organizacional de la Unión General de Anarquistas o simplemente la Plataforma, originó de militantes que escaparon de Ucrania después de la derrota final del Ejército Revolucionario Insurreccional alrededor de agosto de 1921. Eventualmente se encontraron en París en el circulo social de los afiliados a la revista Dielo Truda (Causa de los Trabajadores) junto con otros anarquistas exiliados del antiguo Imperio Ruso. Dos de los autores, Néstor Majnó y Peter Arshinov, eran veteranos de la Revolución Rusa y, como veremos, vieron de primera mano la marcha de la contrarrevolución. En la Parte I examinamos el trasfondo histórico de su movimiento en Ucrania, con el fin de comprender las conclusiones políticas que los autores de la Plataforma extrajeron posteriormente a su experiencia.

La revolución rusa en Ucrania

Antes de 1914, la mayoría de los territorios de Ucrania actual eran parte del Imperio Ruso, con la excepción notable de Galicia, que pertenecía a Austria-Hungría. Como tal, tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, Ucrania se encontró en el centro de las hostilidades imperialistas, con los ucranianos utilizados como carne de cañón tanto por las potencias centrales como por las aliadas. La destrucción infligida a la población aumentó los agravios tanto nacionales como de clase, y la Revolución de Febrero en Rusia los desató con toda su fuerza. El nuevo gobierno provisional ruso concedió cierto grado de autonomía a la Rada Central para apaciguar las aspiraciones nacionales de los ucranianos. Mientras tanto, en marzo de 1917, cientos de consejos (sóviets) de trabajadores y soldados surgieron en todos los principales centros industriales de Ucrania: Kiev (Kyiv), Kharkov (Kharkiv), Yekaterinoslav (Dnipro), Odessa, Yuzovka (Donetsk), Aleksandrovsk (Zaporizhzhia), entre otros. Enviaron delegados a ciudades y pueblos cercanos, así como a Moscú y Petrogrado (San Petersburgo). Establecieron comités de fábrica y de trabajadores, se hicieron esfuerzos para vincularse con la revolución en el campo fomentando la formación de sóviets campesinos. Dentro de estos órganos, numerosos partidos políticos compitieron por la influencia. Por un lado, los que apoyaban la Rada Central (USDLP, PSR, los Mencheviques y el Bund), por otro lado, los Bolcheviques y anarquistas que apoyaban la continuación de la revolución. En mayo y junio se celebraron nuevas elecciones en muchos sóviets de Ucrania, reflejando el creciente apoyo a los Bolcheviques y su incansable actividad contra la guerra y pro-soviética en las bases. En septiembre y octubre, a raíz del Golpe de Estado de Kornílov, los Bolcheviques ganaron mayorías a un ritmo acelerado, incluso perturbando el statu quo en el Sóviet de Kiev dominado por los PSRs y los Mencheviques. Bajo la influencia de los Bolcheviques, los sóviets comenzaron a aprobar resoluciones a favor de “todo el poder a los sóviets” y se dispusieron a organizar su Guardia Roja.

El movimiento revolucionario en Petrogrado culminó con el asalto al Palacio de Invierno y la caída del Gobierno Provisional. El Segundo Congreso de los Sóviets de toda Rusias eligió un Comité Ejecutivo Central de toda Rusia y un Consejo de Comisarios del Pueblo, formado por Bolcheviques y eseristas de izquierda. Se firmó un armisticio con las potencias centrales para salir de la guerra y se iniciaron negociaciones de paz. Los comités revolucionarios (revkoms) surgieron en todo el antiguo Imperio Ruso para organizar levantamientos afines. En Kiev, los trabajadores inspirados por la Revolución de Octubre derrotaron a las fuerzas del Gobierno Provisional en las calles, pero fue la Rada Central la que tomó el poder a su vez y se dedicó a construir una República Popular de Ucrania independiente. La brecha entre la clase y nación estaba llegando a un punto crítico. A petición de los Bolcheviques, que esperaban proclamar una Ucrania soviética, el 17 de diciembre de 1917 se convocó en Kiev el Primer Congreso de Diputados Obreros, Soldados y Campesinos de toda Ucrania. Sin embargo, los Bolcheviques fueron superados en número por el voto campesino movilizado. Los Bolcheviques y las facciones de izquierda recién emergidas del USDLP, los SRs y los Mencheviques se retiraron. Unos días después, las Guardias Rojas de Petrogrado y Moscú bajo el mando del Bolchevique Antónov-Ovséyenko fueron a Járkov, donde ayudaron a las Guardias Rojas locales a tomar el control de la ciudad. El Sóviet de Járkov se dispuso a organizar un Congreso de los Sóviets de Ucrania para el 24 de diciembre. Esta vez, el Congreso proclamó la República Soviética de Ucrania, eligió un Comité Ejecutivo Central de toda Ucrania y un Secretariado del Pueblo, compuesto por Bolcheviques y eseristas de izquierda, USDLP de izquierda y Mencheviques-Internacionalistas.

Ucrania se hallaba ahora en un estado de desorden con dos centros de poder en competencia. El proceso irregular y tortuoso de la Revolución Rusa en Ucrania se orientaba hacia una guerra civil. La República Popular de Ucrania buscó el apoyo de las potencias centrales y aliadas, mientras que la República Soviética de Ucrania, naturalmente, miró a la Rusia Soviética. Inicialmente, este último parecía tener ventaja. A fines de enero de 1918, estalló un levantamiento de la clase trabajadora en Kiev en la fábrica del Arsenal y poco después las Guardias Rojas de Petrogrado y Moscú, bajo el mando del eserista de izquierda Muravyov, ocuparon la ciudad y forzaron la salida del Gobierno Ucraniano. Surgieron repúblicas soviéticas de corta duración en Donets-Krivoy Rog y Odessa. Pero la Rada Central, en sus últimas etapas, entro en un tratado con el Gobierno Alemán: suministros de alimentos a cambio de apoyo militar directo. Las tropas alemanas y austríacas avanzaron rápidamente en Ucrania, volviendo a tomar Kiev el 1 de marzo de 1918. Después de estancarse durante meses con la esperanza de una revolución internacional venidera, la Rusia Soviética, desesperada, firmó finalmente el Tratado de Brest-Litovsk el 3 de marzo. Esto puso fin oficialmente a la participación de la Rusia Soviética en la Primera Guerra Mundial, pero también significó renunciar a muchos de sus reclamos territoriales, incluso Ucrania. Los principales Bolcheviques de Ucrania se opusieron al Tratado: Antónov-Ovséyenko, junto con los ‘comunistas de izquierda’ Yevguenia Bosh y Gueorgui Piatakov, aún intentaron reorganizar las tropas para la guerra de guerrillas contra los alemanes, al igual que todo tipo de milicias anarquistas y PSR de izquierda. El Segundo Congreso de los Sóviets de toda Ucrania todavía logró tener lugar a mediados de marzo de 1918 en Ekaterinoslav, pero a principios de abril la ciudad fue tomada por los alemanes también. A finales de abril, bajo la égida del imperialismo alemán, la Rada Central fue reemplazada por el Hetmanato bajo Pavló Skoropadski. Se disolvieron los sóviets y se restableció la propiedad privada. Los Bolcheviques fueron rechazados hasta el final, y esto marcó el fin del primer período de la Revolución Rusa en Ucrania. El Comité Ejecutivo Central de toda Ucrania y el Secretariado del Pueblo se fusionaron en el Povstanburo (Oficina Insurgente) y pasaron por todo tipo de metamorfosis durante los meses siguientes. El Partido Comunista (Bolchevique) de Ucrania, dividido entre la Derecha, que abogaba por un ejército centralizado subordinado a Moscú, y la Izquierda, que defendía el uso de fuerzas partisanas, tuvo que celebrar su primer congreso en Moscú. El Gobierno Provisional de Trabajadores y Campesinos de Ucrania se formó en Kursk. La guerra civil en Ucrania robó a los Bolcheviques convertidos en comunistas de su base social, y ellos tuvieron que recurrir a la fuerza militar del Ejército Rojo recién formado bajo el mando de Trotski para recuperar su punto de apoyo.

El nacimiento de la Plataforma está ligado inextricablemente a esta tragedia obrera. Majnó, nacido en una familia campesina, fue politizado por la Revolución de 1905 y se involucró con grupos anarquistas clandestinos en su tierra natal, la región rural de Gulyai-Pole (Guliaipole) en el sur de Ucrania. Luego de múltiples arrestos, fue condenado a la horca, pero su sentencia fue reducida a cadena perpetua. Fue en una prisión de Moscú donde conoció a Arshinov, un ex bolchevique convertido en anarquista, y ambos se hicieron amigos y camaradas. Ambos fueron liberados eventualmente gracias a la Revolución de Febrero, cuando el Gobierno Provisional declaró una amnistía para los presos políticos. Arshinov se quedó en Moscú para construir el movimiento anarquista allí, mientras que Majnó regresó a Gulyai-Pole con mucha fanfarria local, donde sentó las bases de lo que hoy se conoce comúnmente como el Territorio Libre, Majnovia, o Majnóvschyna, que, dependiendo a quien se le pregunte, era o una utopía anarquista o un ejército bandido despiadado.

La Majnóvschyna

En el curso de la Revolución Rusa en Ucrania, un movimiento de Sindicatos de Campesinos surgió en el campo. Su membresía aumentó a millones, gravitando políticamente entre el populismo de los eseristas y el nacionalismo ucraniano. Majnó, a su llegada a Gulyai-Pole en marzo de 1917, se reunió con sus camaradas en el Grupo Anarco-Comunista y decidió ayudar a construir la Unión de Campesinos de Gulyai-Pole. Se dedicó a diversas luchas locales de trabajadores y campesinos. Estableció vínculos con trabajadores y anarquistas en Aleksandrovsk (por ejemplo, la terrorista anarquista Maria Nikiforova), y en agosto de 1917 asistió al Congreso Provincial de los Sóviets en Ekaterinoslav como delegado de Gulyai-Pole. El Congreso acordó transformar los sindicatos de campesinos en sóviets de campesinos, por lo que Majnó era ahora el presidente del Sóviet de Gulyai-Pole. Aunque los campesinos inicialmente no estaban tan interesados ​​en formar comunas anarquistas, sí se propusieron expropiando a los terratenientes locales y desarmando a las autoridades, un proceso alentado por los anarquistas y que se intensificó después del Golpe de Estado de Kornílov. La Revolución de Octubre al principio tuvo ramificaciones limitadas en Gulyai-Pole sí mismo (donde el poder ya estaba esencialmente en manos del sóviet), pero puso en crisis las áreas urbanas circundantes. Fue en este punto que los anarquistas de Gulyai-Pole decidieron formar una Guardia Negra. Su primera excursión militar tuvo lugar a finales del año, ayudando a las Guardias Rojas en Aleksandrovsk y las áreas circundantes a defenderse de las fuerzas de la Rada Central. Majnó y sus camaradas incluso se unieron al revkom local junto con los Bolcheviques y los eseristas de izquierda. Pero, convencido de que el corazón de la revolución estaba entre los campesinos de Gulyai-Pole, y desconfiado de los revolucionarios urbanos, pronto regresó a Gulyai-Pole. El Sóviet de Gulyai-Pole ahora formó su propio revkom, del cual Majnó se convirtió en el líder. Entre febrero y marzo de 1918 se hicieron nuevamente esfuerzos para establecer comunas anarquistas en las tierras tomadas, pero poco se sabe de su actividad fuera del breve relato de Majnó, y en cualquier caso estos experimentos fueron interrumpidos por el avance de las tropas alemanas y austriacas que tomaron Gulyai-Pole. Majnó se dirigió hacia Moscú.

En Moscú, se dice que Majnó se reunió no sólo con Arshinov y Kropotkin, sino también con Sverdlov y Lenin. A pesar de estos encuentros generalmente amistosos, Majnó en este punto criticaba todas las tendencias revolucionarias en Rusia, fueran Bolcheviques (por tratar de erigir un "estado proletario"), eseristas de izquierda (por trabajar con los Bolcheviques) y anarquistas (por estar desconectados del proceso revolucionario). Sus perspectivas eran localistas, más que internacionalistas:

Por eso, después de haber buscado febrilmente una regla rectora en las obras de Bakunin, Kropotkin y Malatesta, llegamos a la conclusión de que nuestro grupo de campesinos anarquista-comunistas de Gulyai-Pole no podía imitar el movimiento anarquista de las ciudades, ni podíamos escuchar su voz. No podíamos contar con nadie más que con nosotros mismos en este momento crítico de la Revolución. A nosotros nos dependía ayudar a los campesinos oprimidos a darse cuenta de que ellos mismos deben crear la Revolución en los pueblos, que a ellos les depende determinar el carácter y el rumbo de la Revolución. No debemos permitir que su fe en sí mismos sea sacudida por los partidos políticos y el gobierno que no han hecho nada para crear el movimiento revolucionario en los pueblos.

Makhno, La revolución rusa en Ucrania, 1926

Predeciblemente, Majnó decidió regresar clandestinamente a Gulyai-Pole lo antes posible, lo que, según su propio relato, fue hecho posible gracias a la ayuda personal de Lenin. El sur de Ucrania que Majnó encontró a su llegada en julio de 1918 estaba dominado por la reacción. Por un lado, Skoropadski imponiendo brutalmente los intereses de los terratenientes y los ejércitos alemán y austriaco (restaurando haciendas, requisando, etc.), por otro lado, aumentando los sentimientos antisemitas entre el campesinado (incluso los revolucionarios, que culparon a los “judíos,” es decir, los Bolcheviques, por traicionar la revolución). Navegar por esta situación para reconstruir una presencia anarquista en Gulyai-Pole resultó no ser una tarea fácil. En la cercana Ternovka (Ternivka) estableció una base de campesinos locales y ucranianos desmovilizados, y organizó asaltos para sostener su actividad. Mientras tanto, la Confederación de Organizaciones Anarquistas de Nabat, cuyos miembros (entre ellos Volin, Aron Baron y Arshinov) abandonaron Petrogrado y Moscú debido a la atmósfera política cada vez más hostil allí (redadas contra centros anarquistas y el alzamiento socialrevolucionario), comenzó a establecerse en Járkov. La Majnóvschyna nació de la unión de estos dos elementos, uno militar y otro civil, que nunca se armonizaron del todo (lo que condujo a conflictos personales y políticos más adelante). Majnó finalmente logró recuperar Gulyai-Pole en octubre de 1918, cuando el ejército austríaco fue retirado debido a la situación desesperada en el frente occidental. Se restauró el poder soviético en Gulyai-Pole y los anarquistas comenzaron a reconstruir su base social.

La Revolución Alemana en noviembre de 1918 puso fin a la Primera Guerra Mundial y anuló el Tratado de Brest-Litovsk. Los ejércitos alemán y austriaco se retiraron, pero el conflicto en Ucrania estaba lejos de terminar. Los aliados ahora estaban organizando su propia intervención militar en apoyo de los Ejércitos Blancos. Los Ejércitos Blancos de Antón Denikin y Piotr Wrangel comenzaron a hacer avances en Ucrania. En diciembre de 1919, el gobierno de Skoropadski en Kiev, habiendo perdido el respaldo alemán, fue derrocado por el Directorio, quien restableció la República Popular de Ucrania. Eventualmente quedando este bajo el control de Simon Petliura. Mientras tanto, a principios de 1919, el Ejército Rojo estableció un Frente Ucraniano (comandado por Antónov-Ovséyenko), que comenzó su marcha exitosa a través de Ucrania restableciendo el poder soviético en los territorios que retomó. Las presiones militares también se sintieron en la Majnóvschyna y, en el transcurso de ese año, el nuevamente formado Ejército Revolucionario Insurreccional de Majnó creció de un par de cientos de combatientes a una fuerza de 15.000-100.000 (las estimaciones varían según la fuente). Majnó, con la ayuda de Victor Belash y Lev Zadov, había creado ahora esencialmente un ejército permanente (federal), con su propio servicio secreto (Kontrrazvedka).

No entraremos en detalles aquí sobre las aventuras militares y las diversas intrigas de los próximos dos años. Basta decir que Majnó y el Ejército Rojo formaron una alianza incómoda (con el ejército de Majnó siendo incorporado brevemente al Ejército Rojo), que se rompió y se reanudó varias veces. Hubo voces dentro de los Bolcheviques que pedían una cooperación más profunda con los majnovistas y viceversa. Pero las tensiones políticas y materiales resultaron ser demasiadas. Los majnovistas habían creado su propio Sóviet Revolucionario Militar, en competencia con el Consejo Militar Revolucionario dominado por los Bolcheviques, ambos cuestionando la legitimidad del otro. La chispa inicial de la primera ruptura de relaciones fue el caso de Grigóriev. Nikífor Grigóriev fue un líder militar eserista oportunista que al principio apoyó el golpe de Skoropadski, pero entonces se rebeló contra ello y formó su propio ejército insurgente. En febrero de 1919, él, al igual que Majnó, se unió al Ejército Rojo y se enfrentó a la fuerza aliada de intervención. Muy pronto, sin embargo, estaba saqueando ciudades, matando a comunistas y liderando pogromos antisemitos. La política comunista de lucha de clases en el campo, organizada a través de los kombeds (Comités de Campesinos Pobres) que llevaron a cabo requisas de grano y resultó muy impopular, le dio a Grigóriev una base social para organizar ahora un levantamiento contra los “comisarios judíos” y por sóviets sin Comunistas. La revuelta de Grigóriev socavó todo el frente del Ejército Rojo, permitió que los Blancos avanzaran con poca oposición y acabó con cualquier esperanza de brindarle apoyo a la Revolución Húngara en curso. Ahora los Bolcheviques estaban preocupados de que Grigoriev se vinculara con Majnó, la otra fuerza campesina en la región. Si bien Majnó denunció públicamente el antisemitismo de Grigóriev, no organizó una oposición militar contra él. Cuando Makhno intentó convocar un Congreso Regional de los Sóviets, Trotski mandó una orden prohibiéndola, en base de que “no podía producir ningún resultado más que (...) entregar el frente a los Blancos” (ORDEN No 1824 , junio de 1919). En julio de 1919 en Sentovo hubo una reunión conjunta entre Majnó y Grigóriev: los majnovistas acusaron a Grigóriev de ser agente denikinista y pogromista público y le dispararon en el acto. Las tropas de Grigóriev fueron incorporadas al ejército de Majnó. Sin embargo, todo el episodio agrió las relaciones y pareció apoyar el argumento de Trotski dentro de los debates del partido sobre la organización del Ejército Rojo, de que no se podía confiar en las fuerzas partisanas. Para Majnó, fue la confirmación de que las políticas agrarias de los Comunistas, a los que culpó por el ascenso de Grigóriev en primer lugar, eran contrarrevolucionarias.

El Ejército Rojo se reorganizó gradualmente en un ejército permanente más profesional y los Comunistas adoptaron una mentalidad de asedio frente a la intervención imperialista y revoluciones aplastadas en Finlandia (abril de 1918), Alemania (enero de 1919, abril de 1920) y Hungría (agosto de 1919). Los sóviets y las milicias autónomas ahora se consideraban una amenaza inherente. Mientras tanto, Majnó y sus compañeros se presentaban ahora como una alternativa a la "dictadura Bolchevique-Comunista" y proclamaron que "los representantes de las organizaciones políticas no tienen lugar alguno en los sóviets de trabajadores y campesinos" (‘A todos los campesinos y trabajadores de Ucrania’, Enero de 1920). Majnó veía a los Comunistas como contrarrevolucionarios y el sentimiento era mutuo. No había vuelta hacia atrás. Pero el paso del “Comunismo de Guerra” a la “Nueva Política Económica” y la consolidación de las victorias del Ejército Rojo sobre los Blancos y el Gobierno Ucraniano, gradualmente disminuyeron las prospectivas de Majnó. Sus fuerzas se redujeron a unos pocos cientos y, después de la derrota del Ejército Blanco de Wrangel en noviembre de 1920, el Ejército Rojo actuó para liquidar la Majnóvschyna. En una ilustración final de cómo las cosas habían cambiado, Majnó y sus insurgentes se detuvieron en una pequeña aldea para requisar caballos nuevos y, en respuesta, fueron atacados por campesinos. Majnó fue herido y, tras algunas escaramuzas desesperadas más con el Ejército Rojo, huyó por la frontera con Rumanía. Víctor Serge escribiría más tarde que la idea, flotada en los círculos Bolcheviques, de ceder autonomía local a la Majnóvschyna habría sido “una solución justa y generosa [que] hubiese evitado muchas calamidades internas para el régimen soviético.” (Obituario de Voline, 1945). Por desgracia, los majnovistas, traicionados por el Ejército Rojo y habiendo perdido su base social, eran una fuerza gastada en agosto de 1920 (aunque continuó la resistencia clandestina esporádica).

Esta no es de ninguna manera una exposición histórica en profundidad de la situación en el sur de Ucrania. De hecho, el conflicto en la región continuó desde la Guerra Polaco-Soviética hasta la Paz de Riga de marzo de 1921. Pero concluyamos que, según los estándares modernos, la Majnóvschyna - con sus servicios secretos, ejecuciones sumarias, excesos presuntos y tanta autoridad en manos de un solo hombre - difícilmente puede considerarse "libertario". Incluso en ese momento, algunos anarquistas (por ejemplo, dentro del Nabat) lo denunciaron por sus propuestas militaristas autoritarias. Arshinov respondió a sus críticos de la siguiente manera:

La deficiencia básica del movimiento reside en el hecho de que durante sus últimos dos años se concentró principalmente en actividades militares. Esto no fue un defecto orgánico del movimiento en sí, sino más bien su desgracia: se le impuso al movimiento por la situación en Ucrania. Tres años de guerras civiles ininterrumpidas transformaron el sur de Ucrania en un campo de batalla permanente. Numerosos ejércitos de diversos partidos lo atravesaron en todas direcciones, causando destrucción material, social y moral a los campesinos. Esto agotó a los campesinos. Destruyó sus primeros experimentos en el campo de la autogestión de los trabajadores. Su espíritu de creatividad social fue aplastado. Estas condiciones desgarraron a la Majnóvschyna de su base saludable, lejos del trabajo socialmente creativo entre las masas, y la obligaron a concentrarse en la guerra: guerra revolucionaria, es cierto, pero guerra igualmente.

Arshinov, Historia del Movimiento Majnovista, 1923

De hecho, podríamos decir lo mismo de toda la Revolución Rusa y del destino de los Bolcheviques después de abril de 1918. Los sueños de revolución social fueron puestos en suspenso cuando las campañas militares recibieron precedencia. Inicialmente, órganos como el Ejército Rojo y la Checa, una respuesta a los intentos de aplastar la revolución por parte de la antigua clase dominante y la intervención imperialista, se entendían como provisionales: “todos los instrumentos creados por el proletariado para el período crítico de la guerra civil son transitorios.” (El ABC del Comunismo, 1920). Pero a medida que las revoluciones fracasaban una a una en otras partes del mundo, lo opuesto ocurrió. El Ejército Rojo y la Checa se convirtieron en las bases para el renacimiento del estado capitalista, que ya no podía tolerar la actividad independiente (como la de la Majnóvschyna, o más tarde del Sóviet de Kronstadt). Cada vez más, la expansión del poder soviético significó “revolución desde arriba” introducida “a punta de bayoneta.” La contrarrevolución llegó tanto desde adentro como desde afuera.

En la segunda parte analizaremos críticamente las conclusiones políticas que Majnó y Arshinov sacaron de su experiencia en Ucrania, que en verdad fue parte de una oleada revolucionaria que sacudió a Europa entre 1917-21, y cómo sus discípulos desarrollaron esas ideas en lo que hoy es el Plataformismo.

Dyjbas
25 de junio de 2021

Algunas Lecturas Adicionales:

  • Nuestras introducciones críticas a las traducciones de Kommunist (marzo-junio de 1918), la revista de los Comunistas de Izquierda Rusos, analizan muchos de los acontecimientos históricos mencionados aquí: la formación del Ejército Rojo, el Tratado de Brest-Litovsk, las amenazas imperialistas a la Revolución Rusa, etc. Están disponibles aquí: Izquierda Comunista Rusa (leftcom.org). Sobre la Guerra Polaco-Soviética, ver: La batalla de Varsovia y la derrota de la oleada revolucionaria en Europa (leftcom.org).
  • Nuestro folleto sobre la degeneración de la Revolución Rusa está disponible aquí: 1921: ¿Comienzo de la Contrarrevolución? (leftcom.org). Estos argumentos fueron desarrollados en mayor profundidad en nuestro libro reciente titulado: Rusia: revolución y contrarrevolución, 1905-24 - una perspectiva desde la izquierda comunista (leftcom.org) (ahora solamente disponible en inglés).
  • No faltan fuentes sobre la Majnóvschyna, a menudo escritas desde una perspectiva anarquista. Aparte de los textos ya citados de Arshinov y Majnó, hay libros de Volin, Paul Avrich, Michael Palij, Alexandre Skirda, Michael Malet o el más reciente de Colin Darch.
Tuesday, January 11, 2022