Los internacionalistas luchan contra los pasos hacia la guerra de "sus" gobiernos con la lucha de clases

Desde finales de Noviembre, los medios de comunicación burgueses nos han inundado con un montón creciente de artículos y videos que denuncian la supuesta amenaza rusa hacia Ucrania y la paz mundial. Cada día las llamas de la burguesía para luchar contra la “agresión rusa” se hacen cada vez más fuertes, especialmente en Estados Unidos, donde sugerir que el “orden internacional basado en reglas”(1) es nada más que un mito imperialista utilizado para justificar las maquinaciones bélicas de nuestra clase capitalista, se encuentra con denunciaciones de ser un agente ruso. Pero en realidad como internacionalistas revolucionarios, sabemos que no somos agentes de ninguna potencia imperialista, sino que somos militantes obreros que luchamos por los intereses de nuestra clase, algo que incluye la lucha contra las guerras imperialistas.

Los hechos

Está bien difícil en EE. UU. obtener noticias que no simplemente reflejan los puntos de vista e información repetida por ‘nuestra’ burguesía. La mayoría del tiempo lo que vemos en las noticias presenta a Rusia como un agresor y una fuerza antidemocrática controlada solamente por Putin, que quiere reconstruir la antigua Unión Soviética. Por otro lado, EE. UU. se presenta como una fuerza pacífica que quiere defender las supuestas democracias del mundo contra las crecientes autocracias como China o Rusia. La OTAN es vista no como una alianza imperialista sino como una agrupación de democracias, creada para resistir el totalitarismo supuestamente ‘comunista’ de la URSS hace más de 70 años. Esta es la narrativa fundamental que se une a casi todos los propagandistas de la burguesía en EE. UU. Aunque haya algunas diferencias entre las diferentes fuentes de información, al fin y al cabo esta es la base de la que surgen lo que se llaman las ‘noticias’.

Lo que sí sabemos es que los eventos recientes entre Ucrania y Rusia son una intensificación de la competencia entre las grandes potencias y bloques imperialistas, en este caso entre Rusia y los países OTAN, especialmente EE.UU. y el Reino Unido. Los medios de comunicación burgueses en EE.UU. sí van a reportar que ha habido un surgimiento en el número de fuerzas rusas en la frontera con Ucrania (se estima que hay más de 100 mil soldados rusos). Pero lo que no nos van a decir son las acciones agresivas de la OTAN y EE.UU. en Ucrania y Europa. Desde el colapso de la URSS y su bloque imperialista, la OTAN ha estado expandiéndose cada vez más hasta las fronteras de Rusia. En Ucrania específicamente, EE.UU. ha repartido cerca de $2.5 mil millones de ayuda militar al gobierno para luchar contra los separatistas rusos en el este del país y para prepararse para un conflicto imperialista futuro con Rusia.(2) Otros países de la OTAN también, como Canadá, han enviado consejeros militares a Ucrania para entrenar el ejército ucraniano, otra vez con el intento de estar preparados para un conflicto eventual con su rival imperialista, Rusia.

La hipocresía de la burguesía es evidente. Cuando Rusia manda sus soldados a sus fronteras, esto es denunciado como una amenaza a la paz mundial. Pero cuando Biden anuncia que está considerando enviar miles de soldados a Europa del Este(3), en adición a los soldados estadounidenses que ya están por allá, los medios de comunicación lo elogian como un paso hacia preservar y defender la democracia. Hay que reír cuando Antony Blinken denuncia a Rusia por romper el “principio que un país no puede ejercer una esfera de influencia para subyugar a sus vecinos.”(4) De todos los países del mundo, EE.UU. sabe más en cuanto a mantener una esfera de influencia y subyugar a sus vecinos. Por casi toda su historia, EE.UU. ha tratado América Latina como su dominio personal, en que ningún país puede alinearse con un bloque imperialista contra EE.UU.. Sólo hay que mirar a Cuba para ver cómo EE.UU. reacciona cuando un estado en su ‘esfera de influencia’ intenta juntarse con otro bloque imperialista; es decir, un castigo sin fin de bloqueo económico. Y cuando EE.UU. juega a ser el campeón del “orden internacional basado en reglas”(5) es imposible no ver el cinismo de la burguesía. EE.UU. no sigue ninguna regla que funciona como obstáculo a sus ambiciones imperialistas, ¡incluso las suyas!

A medida que pasan los días, parece que la burguesía nos está condicionando para algún tipo de conflicto con Rusia. Actualmente, está difícil predecir en qué dirección los eventos nos van a conducir, pero la OTAN no está unida en cómo contestar las movilizaciones de la burguesía rusa. Algunos, como EE.UU. y el Reino Unido, son mucho más combativos en querer defender la ‘soberanía’ ucraniana y apoyarles en una invasión potencial por parte de Rusia. Los países OTAN del este como Estonia, Latvia, y Lituania también están alineados contra el imperialismo ruso. Pero otros países OTAN, significativamente Alemania y Francia, no están tan interesados en ser agresivos contra Rusia, a causa del hecho de que dependen de Rusia por su petróleo. Biden ya ha anunciado que no tiene intenciones de enviar soldados estadounidenses a Ucrania para luchar contra Rusia si hay una invasión. Pero las opciones todavía están abiertas para EE.UU., y ha dicho que está considerando la opción de apoyar una insurgencia ucraniana si Rusia invade.(6)

¿Y Rusia va a invadir? No sabemos las conversaciones secretas del Kremlin, aunque sí podemos marcar algunos hechos generales sobre lo que desea Rusia como potencia imperialista. Putin y muchos en la burguesía rusa miran el colapso de la URSS y la expansión de la OTAN por los últimos 30 años como una amenaza mortal a su capacidad de funcionar como un actor imperialista fuerte en el mundo. La aproximación creciente de la OTAN a las fronteras rusas es algo inaceptable para ellos, y por eso durante este siglo, han tomado medidas para defender lo que consideran una zona de amortiguación entre ellos y las potencias occidentales, y exigir su propia influencia sobre esa zona. En 2008 por ejemplo, cuando Georgia intentaba juntarse a la OTAN, Rusia la invadió y actualmente mantiene la existencia de dos regiones separatistas del país, Abjasia y Osetia del Sur. Algo semejante ocurrió en 2014 cuando EE.UU. y la UE apoyaron el levantamiento ‘Euromaidán’ en Ucrania, que derrocó al gobierno pro-ruso y lo reemplazó con uno más amable a la burguesía occidental. Pronto después, la minoría rusa en Crimea y el este de Ucrania se levantaron contra el nuevo gobierno, y Rusia ocupó Crimea a medida que apoyaba materialmente a los separatistas rusos en las provincias de Donetsk y Lugansk. La situación allá ha continuado esencialmente así por los últimos 8 años, con una guerra ‘estática’ en las regiones separatistas. Con esta situación, no es tan favorable a Rusia si invade Ucrania. Aunque no es imposible, lo que Rusia desea extraer por los movimientos recientes de soldados no es una ocupación militar de Ucrania, sino una garantía que Ucrania nunca va a pertenecer a la esfera imperialista de la OTAN, y que Ucrania esté bajo un gobierno que coopera con la burguesía rusa. En la ausencia de esa situación, sería suficiente si la situación en Ucrania siguiera siendo inestable para que Rusia pudiera prevenir su incorporación en OTAN como ha hecho con Georgia desde 2008.

La perspectiva contra la guerra

En cualquier caso, es nuestro deber fundamental como internacionalistas de oponer los pasos hacia la guerra de nuestros gobiernos. Debemos exponer toda la propaganda de la burguesía con nuestra propia propaganda internacionalista, que no se alinea con ningún lado imperialista (sea de EE.UU., Rusia, China u otros) sino que defiende la política independiente de la clase obrera.

Los obreros de un país comparten los mismos intereses que los obreros del otro. Este es un principio fundamental del marxismo, que postula que “los trabajadores no tienen patria.”(7) Es por eso que los obreros de EE.UU. no tienen ningún interés en luchar contra y matar los obreros de Rusia, Ni lo tienen los obreros rusos contra los ucranianos, etc. Si nos mandan a los campos de batalla, tenemos que hacer como hicieron los soldados rusos, alemanes, y franceses hicieron durante la Primera Guerra Mundial, o como muchos soldados estadounidenses hicieron durante la Guerra de Vietnam; es decir, ¡negarse a matar nuestros compañeros de clase bajo la otra bandera, y hacer guerra contra los que nos mandan a luchar!

Pero no se puede empezar la lucha contra la guerra imperialista en el vacío. Tenemos que contextualizar las maquinaciones recientes por parte de la burguesía mundial dentro de la crisis global del capitalismo, que ya se extiende hace 50 años a principios de la década 1970. La burguesía no anda por el camino hacia la guerra solamente porque se siente así, sino porque se encuentra que, en adición a atacar a la clase obrera, es el único camino para aliviar su crisis cíclica de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. Adicionalmente, mientras la crisis sigue agudizándose en su impacto sobre la clase trabajadora, las movilizaciones y propaganda nacionalistas son herramientas útiles en distrayendo a nuestra clase. En vez de reconocer que los jefes son nuestros enemigos, nuestros jefes intentan engañarnos a pensar que nuestros enemigos están más allá de la frontera.

La clase obrera es la primera en ser la víctima de la crisis del capitalismo, sea en la forma de sus ataques contra sus condiciones (por ejemplo, tras la crisis del Covid del capitalismo, se han bajado los salarios de la clase obrera en EE.UU. a causa de la inflación), o en la forma de ser usada como peones de la burguesía en sus conflictos imperialistas. Es por eso que tenemos que darnos cuenta del hecho que la clase obrera es la única fuerza que puede poner fin a la guerra. Se puede realizar esto por la lucha de clases. Ahora las respuestas de la clase obrera contra los ataques de la clase capitalista son muy desproporcionadas; mientras sus estándares de vida se convierten aún más precarios, no hay una respuesta generalizada por parte de nuestra clase. Sin embargo, hay esperanza. Los últimos dos años en EE.UU. vieron un aumento en huelgas(8), y aunque el número total es bastante pequeño, especialmente cuando se lo compara con décadas anteriores, nos indica que la clase obrera intenta recuperar su voz de alguna manera. Y en Irán por ejemplo, la clase obrera es una inspiración para todos nosotros.(9) Allá la clase obrera está mostrando un nivel de combatividad increíble, con cerca de 100 mil obreros petroleros que organizan sus propias huelgas y comités de lucha fuera del control de los sindicatos, demostrando un camino para seguir para otros obreros en Irán y también para obreros por el mundo entero.

Si de verdad queremos poner fin a la guerra, nosotros como internacionalistas revolucionarios debemos participar de cualquier manera que podamos en estas luchas de nuestra clase. Hay que señalar a nuestros compañeros de clase la necesidad de organizar nuestras propias luchas, y de no delegar nuestro poder a nadie, sea los sindicatos o cualquier partido. Sí, ahora somos pequeños, nadando en un mar de contrarrevolución y reacción. Pero por nuestros esfuerzos, podemos construir un cuerpo internacional de la sección más consciente de clase de la clase obrera, que puede funcionar como un punto de referencia para el resto de nuestra clase en las batallas del porvenir. Esto no debe ser un gobierno en espera sino una herramienta en las propias manos de los trabajadores. Este es el deber que la Tendencia Comunista Internacionalista intenta cumplir; para la sobrevivencia de la humanidad, esperamos tener éxito.

Es con eso que terminamos diciendo:

¡Ninguna Guerra Salvo la Guerra de Clases! ¡Abajo con los pasos hacia la guerra por parte de las burguesías estadounidense y rusa! ¡Por la lucha independiente de nuestra clase!

Felix
Grupo Internacionalista de los Obreros

Notas:

(1) cenae.org

(2) nytimes.com

(3) nytimes.com

(4) state.gov

(5) state.gov

(6) nytimes.com

(7) marxists.org

(8) leftcom.org

(9) leftcom.org

Thursday, February 10, 2022