Primero de Mayo 2011 - ¡La Profundización de la Crisis Mundial Exige una Verdadera Lucha de Clases!

En esta ocasión más que nunca, nuestro enfoque no está en un día de celebración, sino en los ataques contra los trabajadores. La crisis mundial que ha producido la devastación económica enorme en el sector financiero y la economía real en los últimos años no ha terminado de infligir sus consecuencias nocivas en el proletariado internacional. La economía no se revive, el desempleo está aumentando, y con el desempleo, la inseguridad del trabajo también. Los jóvenes se ven más afectados y en los casos más graves casi la mitad se sientan en casa mientras los demás luchan por puestos de trabajo temporales con salarios de hambre. La inversión no está despegando, la crisis de las ganancias y la tasa baja de ganancia siguen estimulando la especulación en los mercados de materias primas - encabezada por el petróleo - pero sobre todo los cereales como el trigo, con la consecuencia inevitable de un aumento de los precios de los bienes básicos. En el caso de los países menos desarrollados este aumento ha sido la raíz del empobrecimiento de las masas crecientes de familias de clase trabajadora, a pesar de las revueltas de pan recientes. El estado de bienestar - donde existe o existía - continúa reduciéndose progresivamente, haciendo más difícil el acceso a la escuela, la salud, pensiones y prestaciones de desempleo. Los pobres, que engrosan las filas de los desposeídos tienen que sobrevivir, de alguna manera o otros, por debajo del umbral de la pobreza.Los países capitalistas ricos ya no están en condiciones de garantizar lo de antes para los trabajadores, sino se ven obligados a reducir los salarios, empleos y bienestar.

En los países menos desarrollados, la ola de la crisis está generando en la misma zona geográfica, en el mismo momento y con la misma intensidad, una rebelión extraordinaria contra el hambre y la pobreza. El efecto más trágico de esto es el éxodo de cientos de miles de refugiados que tratan desesperadamente de escapar del desempleo que ha alcanzado niveles insoportables, la ampliación de la pobreza y las guerras civiles que inevitablemente estallan con la primera chispa en la yesca en tales situaciones. Es una migración que empuja a los trabajadores de las zonas más pobres hacia las ricas, incluso si siguen siendo víctimas de la misma crisis y se vuelven, por lo tanto, más pobres. Huyen, llevando la carga de tantas ilusiones falsas, y el destino seguro y cierto de ser rechazados y obligados a someterse a la explotación más degradantes en los campos, la cosecha de tomates y patatas, sin alojamiento, sin bienestar, viviendo como animales en cautiverio. Eso, si todo va bien, de lo contrario, encuentran su tumba en el mar abierto antes del final de su viaje.La crisis que estamos experimentando en los primeros años de este milenio se caracteriza por las guerras permanentes, guerras civiles, tanto latentes como reales, peleas entre las facciones burguesas y conflictos imperialistas por todos lados. En primer lugar en Afganistán e Irak, luego en el Magreb y el Oriente Medio, incluyendo la península arábiga, a continuación, en Sudán, el Chad, Malí y Costa de Marfil. Este es el capitalismo, la máquina de lucro, el instrumento de la explotación, el productor de la miseria y la guerra con el fin de mantenerse como la forma dominante de la economía al servicio de la clase dominante.

Como nunca antes, el lema "Trabajadores del Mundo Uníos" es tan vital y necesario en este período. Los trabajadores de los países del Magreb tienen que luchar contra sus respectivas clases dominantes corruptas y dictatoriales que los han reducido a la inanición. La clase obrera de Europa tiene que luchar contra los que están desmantelando el estado de bienestar, el aumento de la explotación, y que están creando el desempleo y la pobreza de los "nuevos pobres". Pero la lucha de clases no puede detenerse en esa etapa. No podemos limitarnos a deshacernos del dictador de la época, o el gobierno local, sin cuestionar las relaciones capitalistas de producción. El capitalismo está detrás de la crisis económica, así como los gobiernos que la administran. Tanto la ira y la disposición a la lucha tiene que convertirse en una solidaridad recíproca entre los trabajadores en ambos lados del Mediterráneo. Aun cuando los dictadores han sido expulsados y los cambios ministeriales en el gobierno se han producido, la crisis sigue, así como las tensiones imperialistas. Las guerras también continuarán como antes debido a que los factores que las causaron permanecen intactos y operativos todavía.Los trabajadores de Washington a Pekín deben levantar la cabeza contra la democracia falsa y el comunismo falso. Frente a una crisis sin fin, la pobreza mundial en aumento, la proliferación de las masacres de guerra, la cada vez más desastrosa devastación ambiental debida a este modo absurdo de producción, hoy en día el imperativo es dar un significado internacional a estas luchas con una dimensión política común que tiene en su corazón el anti-capitalismo. Pero si todo esto es absolutamente necesario para una reactivación real de la lucha no es suficiente si falta un proyecto social alternativa, un programa claro que tiene una estrategia y táctica coherente. En breve, si falta un partido de clase, el partido revolucionario. De lo contrario, cualquier intento de rebelión, cualquier lucha social, ya sea económica o política, será absorbida en el sistema que la produce sin dejar una huella mínima para el futuro. Es como dice el refrán, todo cambia, para que todo siga igual.

Por esto, este primero de mayo no debe ser la enesima "fiesta del trabajo" inútil en un momento en que no hay trabajo, o solamente trabajo profundamente denegrante. En cambio hagamoslo el estimulo para el renacimiento de la lucha de clases por la abolición de la esclavitud del trabajo asalariado.

Tendencia Comunista Internacionalista, 01 de mayo 2011