Contra la Reforma de la Policía - Por la Abolición del Capitalismo

Al mismo momento que esta obra estaba lista para ser publicada, había otro disparo de la policía en contra de un afroestadounidense en plena vista que estalló en manifestaciones furiosas en Kenosha, Wisconsin. Jacob Blake ha sido paralizado de la cintura para abajo. En adición a la repetición de los toques de queda, policía militarizada y la Guardia Nacional alineadas contra los manifestantes, apareció un partidario del movimiento “Las Vidas Azules Importan”: Kyle Rittenhouse, de 17 años, con su fusil cargado, disparó a tres personas, matando dos de ellos. O, al menos, eso es lo que describen los testigos de la escena . Su abogado está preparando otra historia de un jovencito tratando de huir de una multitud furiosa y armada. Eso sí, esto es como maná del Cielo para la campaña presidencial decreciente de Donald Trump. Lo mejor para él para quedarse en la Casa Blanca es enfocarse en el asunto del “orden público”, no importa el hecho que es la indiferencia de la policía para la ley que es el meollo de la cuestión. Mientras tanto, un número creciente de gente ahora ven que el problema real y subyacente es la sociedad capitalista sí mismo, y también ven la necesidad de liberarse de la infraestructura legal y política entera que es la razón por el poder de la clase dominante contra los desposeídos (cualquiera que sea su color de piel). En el artículo siguiente, postulamos que la alternativa al “orden público” no es disolver la policía, sino disolver el sistema inicuo en su totalidad. Lean más...

Las Manifestaciones de George Floyd

Marx escribió que hay décadas en que semanas pasan, y días en que décadas pasan. En los días después del 26 de Mayo, parecía que habíamos estado viviendo por el último escenario descrito por Marx, en que la ira y insatisfacción sentido por los obreros dentro de los EE.UU. y en el extranjero, había fusionado en una serie de demostraciones mundiales. Imágenes semejantes al malestar y los motines que emergieron en ciudades individuales durante el segundo período de la administración de Barack Obama, como los de Ferguson en 2014, Baltimore en 2015, y Dallas en 2016, habían extendido a casi todas las grandes ciudades del país, con su cima a mediados de junio. Protestas también aparecieron en ciudades pequeñas dentro de los EE.UU., así como en ciudades en el extranjero. Protestas continúan hasta el día de hoy, pero han estancado en la mayoría de los lugares durante el verano. Ambos simpatizantes y miembros de la TCI, incluido el GIO (IWG en Inglés) en los EE.UU., la OTC (CWO en Inglés) en el Reino Unido, y Klasbatalo en Canadá, han estado interviniendo activamente en manifestaciones en ciudades como Nueva York, Filadelfia, Londres, Montreal, Toronto, Los Angeles, Trenton, Richmond, y Adelaide (y unos miembros organizaron varias manifestaciones).

Estos motines fueron provocados inicialmente por el asesinato cruel de George Floyd por policías racistas en Minneapolis. Su muerte pudo haber sido un catalizador para las protestas, pero rápidamente se hizo claro que las protestas abordaron asuntos más profundos. En realidad, George Floyd fue sólo uno de los miles de personas de la raza negra asesinados por la policía en años recientes (aunque la tradición remota de lejos). En respuesta a esto, personas de la clase obrera de todas las razas se han levantado en solidaridad con obreros negros para protestar contra décadas de la brutalidad policial y la violencia sancionada por el estado.

El hecho de que la rebeldía es multirracial y que ha conseguido una respuesta de la clase obrera tan intensa es debido al hecho de que los asuntos son más profundos que sólo la violencia policial contra las personas negras. Números crecientes de blancos de la clase trabajadora entienden no sólo que un ataque a una sección de la clase es un ataque contra la clase entera, sino también el papel que tiene la polícia en la sociedad capitalista. Es que, la policía tiene un papel social muy claro que no consiste en proteger a los ciudadanos o ser los custodios de la seguridad pública, sino en ser los matones armados de la clase capitalista. Su tarea es proteger la propiedad y garantizar los intereses del capital, que incluye aterrorizar aquellos que están en contra de sus intereses. Mientras este hecho es muy obvio debido a cómo la policía ha respondido a manifestaciones y demostraciones por todo el país, los comunistas han comprendido durante mucho tiempo el papel de la policía en mantener y defender el capitalismo.

La Abolición de la Policía y la Reforma

Después del asesinato de George Floyd, “abolir la policía” se convirtió en un lema cada vez más popular en las manifestaciones contra la policía por todo el país. Los izquierdistas anticapitalistas autodenominados afirman que se oponen a la reforma policial, abogando por la abolición en su lugar. (Como comunistas, nos distinguimos de los izquierdistas, porque la izquierda se refiere a la izquierda dentro del capital). Capacitación obligatoria de la predisposición implícita, capacitación en el desescalamiento, cómo responder a una crisis, y requerir cámaras corporales son unos ejemplos de las reformas que han fracasado en su intento de bajar la violencia policial o de reducir el número de personas negras desarmadas asesinados por la policía por delitos no violentos. Al darse cuenta de las limitaciones de la reforma, activistas han llamado a abolir las fuerzas policiales, disolviéndola y reemplazándola por una forma alternativa de una policía comunitaria. Las palabras “abolición” e incluso “reforma” han sido diluidas al punto de que los conceptos son usados indistintamente. La comprensión pública de lo que constituye la reforma se refiera a cambios pequeños de política, mientras que disolver la policía y sustituirla por otra institución que tiene un nombre diferente, es visto como algo “radical” que va de la mano con la abolición - en vez del paquete básica de reformas que realmente es.

El problema con el movimiento abolicionista de la policía no es la idea de la abolición, sino la creencia que dicha estructura puede ser abolida bajo el capitalismo. Esta creencia requiere la suposición que la policía es una institución que puede estar separado de sus raíces capitalistas y destruido desde dentro. Los comunistas entienden que la policía existe simplemente como un instrumento de la burguesía, para defender los intereses del capital. Por lo tanto, la policía continuará existiendo mientras el capitalismo lo necesita para funcionar. La abolición de la policía no puede ser una meta separada, o algo que puede llegar al “desarrollo gradual” del comunismo. Sólo cuando el capitalismo sea abolido, la policía finalmente será obsoleta.

La Historia de la Policía

La policía fue inventada a principios del siglo XIX en Inglaterra y luego en los EE.UU. como una respuesta a las multitudes, no al crimen. Las fuerzas policiales originalmente fueron designadas para controlar multitudes desafiantes grandes - refiriéndose específicamente a las huelgas de trabajadores en Inglaterra, motines en el norte de los EE.UU., y la amenaza de insurrecciones de los esclavos del sur - entre el período de 1825 hasta 1855. Esta historia de la policía muestra que nunca fue una institución que fue creada para proteger a sus ciudadanos, sino una que siempre se había basado en la violencia y tácticas de intimidación para reprimir las demostraciones de la clase obrera y la acción colectiva.

La Revolución Industrial en Inglaterra fue un catalizador para la lucha de clases - la industrialización sí mismo fue un avance necesario hacia la creación del proletariado, y cuantos más trabajadores protestaron para salarios más altos y mejores condiciones laborales, más se convirtieron en una amenaza para la clase capitalista. La Revolución Francesa en 1789 condujo a la prohibición de los sindicatos y reuniones de más de 50 personas en Inglaterra - debido al miedo de la clase dominante Británica de que los obreros ingleses fueron inspirados por los franceses. Los obreros ingleses continuaron organizando demostraciones más grandes a partir de 1792 hasta 1820, aunque se encontraron con la oposición del ejército. La masacre de Peterloo en Manchester en 1819 consistió en soldados cargando en una multitud pacífica de 80.000 personas, que causó la muerte de 11 personas e hiriendo a cientos. Aunque la masacre se pretendía controlar la multitud y suprimir las demostraciones, provocó un aumento de huelgas y protestas en su vez. El ejército no podía continuar ejecutando a los líderes de las huelgas mientras crecían las manifestaciones, ya que corría el riesgo de martirizar a los trabajadores e incitar una respuesta más organizada. Esto condujo a la creación de la Policía Metropolitana en Londres en 1829, que estaba destinada a dispersar a multitudes a través de la violencia no letal - una forma de brutalidad policial que permitió intimidar y controlar los trabajadores sin traer una respuesta colectiva. La policía fue dispersada por Londres, vigilando la vida diaria de la clase obrera a través de la vigilancia vecinal. Las fuerzas policiales contemporáneas toman esta forma.

Aunque el contexto histórico al desarrollo de las fuerzas policiales en ciudades como Nueva York y Charleston fue diferente a lo de Londres, el hecho de que estas instituciones fueron creadas para reforzar el control de las multitudes e intimidar obreros sigue siendo el mismo. Es importante reconocer que la vigilancia de las personas a través de actos de violencia para “hacer cumplir la ley” se extiende más allá de la discriminación racial o simplemente una defensa de la propiedad privada. Ya sea un acto localizado y diario de brutalidad policial contra un individuo, o cuando la policía antidisturbios de gran escala provocando la violencia tirando gases lacrimógenos y balas de goma contra manifestantes pacíficos, ambos son métodos utilizados para dominar a la clase obrera y defender los intereses de la burguesía. Como la policía sólo existe para cumplir con este propósito, continuará existiendo de una u otra forma, no obstante cualquier intento de “la abolición de la policía”, mientras sigamos viviendo en una sociedad capitalista.

Políticos Burgueses y la Reforma

La mayoría de la gente puede reconocer y ver a través de los esfuerzos cínicos e hipócritas de negocios como Wawa cuando presentan “Black Lives Matter” en las mismas tiendas donde emplean obreros negros para hacer sandwiches por menos que un salario digno, o cuando Nike pone un anuncio que le dice a la gente que no sea racista y que se opogona a la opresión, mientras se benefician simultáneamente del trabajo penitenciario en China. Sin embargo, incluso para muchas de las mismas personas que denuncian públicamente el terror policial y el racismo sistemático, es muy fácil dejarse engañado por propaganda en la forma de buenos gestos por políticos burgueses. Aunque sabemos como comunistas que la abolición de la policía sólo puede suceder con la abolición del capitalismo y no antes de la, los políticos liberales como los conservadores reconocen que la idea de la abolición de la policía representa una amenaza al capitalismo. Después de todo, la clase capitalista requiere la existencia de la policía para mantener su sistema de explotación. Al ver que tantas personas en cada ciudad importante de los EE.UU. protestando en contra el estado policial y el sistema capitalista, eso hizo claro para la clase dominante y sus lacayos políticos que tenían que actuar con rapidez. Muchos, por supuesto, están pegados con el estándar clásico del orden público, y niegan la opresión que obviamente existe. Sin duda, los políticos más siniestros fueron los que usaron estos lemas populistas y abogaron por el cambio incremental, mientras al mismo momento participaban en la explotación de la misma gente que se pretendían apoyar y representar.

Estos son como Joe Biden y Kamala Harris, como Andrew Cuomo o Ilhan Omar, e incluso los “socialistas” democráticos que tuiten #blacklivesmatter y demandan la prohibición nacional contra estrangulamientos, como si eso fuera a cambiar algo. Los políticos que trataban de quedarse “daltónicos” durante los motines de Ferguson mientras denunciaban el racismo a la misma vez, los que pretenden apoyar ambos lados para atraer el apoyo de un público moderado más grande. Cuando un movimiento gana fuerza y se convierte en una amenaza potencial a su poder, se aprovechan de la influencia de ese movimiento para dirigirlo hacia su propia tumba. Vemos a través de las fachadas de los capitalistas que pretenden estar a nuestro lado, y vemos la naturaleza explotativa de su subsistencia. Vemos los planes para la reforma policial por lo que son; medidas por lo que concesión sería una sobreestimación, destinado a mitigar la furia sentida por tantos trabajadores y para darles un sentido falso de la seguridad. Todo para que puedan regresar a sus vidas de la esclavitud asalariada y seguir vendiendo su fuerza de trabajo sin cuestionar el sistema que la clase dominante trata tan desesperamente de proteger.

Aparte del plan propuesto por Joe Biden para dar a la policía 300 millones de dólares adicionales bajo el disfraz de una reforma policial, planes semejantes también han sido propuestos y aprobados por políticos Democráticos en sus propias ciudades y estados. Por ejemplo, en la Ciudad de Nueva York, el Consejo Municipal aprobó lo que algunos fuentes de información han llamado como una serie de “leyes amplias de la reforma policial” que incluyen un “sistema de sanciones para agentes de policía con asuntos disciplinarios, un sistema para intervenir con capacitación para agentes que se consideran “problemáticos” y una ley que promulga en ley el derecho de grabar encuentros con la policía”.

Sigue siendo muy dudoso que estas reformas tendrán un impacto positivo en las vidas de las personas negras de la clase obrera que están sujetas al acoso y terror constante de la policía. La policía ha demostrado ser nada más que una banda organizada, compuesta por miembros que acudirán a la defensa del otro cuando se vean amenazados, especialmente en casos del escrutinio público por la violencia que infligen a ciudadanos inocentes. ¿Quiénes serán los que impondrán el sistema de sanciones a los agentes problemáticos? ¿Quién garantizará el derecho de grabar a la policía? Probablemente sea la propia fuerza policial, que ha fracasado históricamente en asumir la responsabilidad de sus acciones. Y si no es la policía la que está supervisando estas reformas que se están implementadando, entonces probablemente serán los políticos burgueses y el mismo sistema racista de justicia penal que mantiene millones de obreros negros, morenos, y blancos en la carcél, obligados a participar en el trabajo esclavo con el fin de producir mercancías baratas para nuestras corporaciones queridas. No importa qué tipo de institución sea creada para supervisar y sancionar el mal comportamiento policial, sólo será otro aparato del mismo estado capitalista que confía en la policía para mantener su poder. Para empeorar las cosas, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo abiertamente a manifestantes que “No necesitan manifestar, ustedes ya ganaron”. Es claro que el objetivo de las medidas pequeñas e incrementales que se están siendo aprobadas en ciudades y estados por todo el país es destinado a someter los furiosos manifestantes que están protestando contra las condiciones de la violencia policial y la explotación capitalista que ahora han sido totalmente expuestos a la vista del obrero promedia. Estos cambios de la política están destinados a convencer a la gente que finalmente se están abordando sus preocupaciones, para empujarlas a la complacencia, así que los capitalistas y sus políticos serviles puedan seguir sin cesar en su explotación de la clase obrera, que por supuesto fue exacerbada por la pandemia.

Sin embargo, algunos políticos burgueses y sus órganos políticos han tomado una decisión más allá de las medidas de reforma tradicionales que históricamente han sido aprobadas cuando un caso serio de brutalidad policial llega a las noticias. Dos semanas después de las protestas iniciales alrededor del asesinato de George Floyd, fue anunciado que el Consejo Municipal de Minneapolis había votado para disolver su fuerza policial, y instalar en su lugar un “nuevo modelo transformativo de la seguridad pública”. Mientras el alcalde, Jacob Frey, no respaldó esta medida de reforma, y no podía comprometerse a desfinanciar a la policía de Minneapolis, el plan del Consejo Municipal de Minneapolis claramente fue uno en el que los políticos liberales se habían tomado sí mismos para aferrarse con un movimiento más y más popular en la izquierda, adornado con un lema radical que demanda “la abolición” de la policía.

A pesar del hecho de que tal medida hubiera sido impensable en el discurso político estadounidense hace diez años, esto no es algo con lo que estar contento o celebrar, como tantos izquierdistas se han hecho con su aprobación. Ya se ha dejado claro que la policía y el sistema capitalista forman parte de una relación simbiótica en la cual son dependientes del otro para mantener las condiciones que permiten su propia existencia. Mientras el departamento de policía de Minneapolis como existe actualmente puede ser disuelto, cualquier nueva estructura que se pone en su lugar cumplirá fundamentalmente con el mismo papel que la policía siempre ha mantenido.

Los Problemas con la Policía Comunitaria

Muchos activistas anti-policiales quieren redistribuir los fondos y sustituir el departamento de la policía con una institución basada en la comunidad que protegería la seguridad y los derechos de los ciudadanos. Algunas sugerencias exigen que los trabajadores sociales y profesionales de la salud mental sustituyan a los agentes de la policía en respuesta a ciertas llamadas del 911. Aunque sea verdad que trabajadores de salud mental serían más eficientes en ser primeros responderos que la policía armada, las comisarías por los EE.UU. ya trabajan con los trabajadores sociales y defensores de víctimas no ofrecen mucha flexibilidad. Muchas veces, los profesionales de la salud mental se enfrentan a limitaciones burocráticas cuando colaboran con la policía y el sistema legal, que les impide poder ayudar verdaderamente a una víctima en necesidad. Mientras una institución extensiva de apoyo para la salud mental parece como una buena idea en teoría, la institución como existiría bajo el capitalismo permitiría por más daño potencial.

La psicología como existe bajo el capitalismo es una institución burgués, de la misma manera que la educación es, por su promoción de la propaganda burgués que inculca a estudiantes desde su juventud. Esto no significa que no hay beneficios a la psicoterapia, o que todos terapeutas son burgueses; sólo significa que la salud mental bajo el capitalismo está formada por intereses burgueses. Por ejemplo, el tratamiento para trastornos como TDAH y la depresión se centran en aumentar la productividad, y se les enseña a definir su autoestima en función con lo que contribuyen a la sociedad. Incluso psicoterapeutas con conciencia de clase pueden encontrar que las mentalidades capitalistas siguen infiltrar en su práctica, no obstante sus deseos. Por ejemplo, un criterio importante para el trastorno de conducto (que usualmente es la base del diagnóstico del trastorno de la personalidad antisocial en la adultez) en el DSM-V incluye la oposición a la autoridad e indiferencia para la ley. Esto incluye situaciones pequeñas como robar en tiendas o mentir a la policía, ambas que son instancias que no pueden reflejar con exactitud el estado mental de alguien. Un niño que creció en la pobreza, roba en tiendas para sobrevivir, y ha desarrollado una desconfianza de la policía debido a sus experiencias negativas, puramente está reaccionando a las condiciones materiales de su realidad. Patologizar tales comportamientos cuando son una respuesta al capitalismo ignora el efecto traumatizante del capitalismo y pone toda la carga de la responsabilidad al individuo. Reemplazando la policía con una institución de trabajadores de la salud mental puede aumentar la patologización de la “actividad delictiva''. Además, esta no puede ser una solución a la policía, porque previene a los terapeutas de proveer el tratamiento completo y enajena más los pueblos oprimidos que ya desconfían en el sistema de salud. Por último, reemplazando a la policía con un sistema de salud mental basada en la comunidad simplemente pone a terapeutas en uniformes policiales y obligarlos a cooperar con el estado.

Cuando el Consejo Municipal de Minneapolis anunció por primera vez un plan para disolver la policía, ellos mismos habían dicho que todavía habrá una necesidad de personas que pueden responder a delitos violentos; sólo es que no se llamarán la policía. Agentes de la policía no dejan de ser agentes de la policía debido sólo al hecho de que tengan otro nombre. Además, el alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, aclaró que la ciudad planea concentrarse en la reforma en vez de la abolición. Disolver la policía y reemplazarla con una institución “menos corrupta” no es la abolición, pero en su lugar, un cambio de liderazgo. La reforma no puede ser parte de un “cambio gradual” hacia el comunismo, porque el capitalismo sólo puede ser acabado con por la autoorganización de la clase obrera y un partido revolucionario internacionalista. Reemplazar agentes de la policía con líderes de la comunidad no es suficiente para poner fin a la brutalidad policial o violencia del estado contra la clase obrera. De la misma manera, eligiendo el político “menos malo” al poder no cambiará cómo funciona el gobierno, disolver la policía y darle nuevo nombre no cambia el hecho de que ambas son instituciones que sólo existen para defender los intereses del capital.

Camden, Nueva Jersey

En medio de todas las llamas para la abolición de la policía, el ejemplo de Camden, Nueva Jersey, ha circulado por muchos izquierdistas como evidencia de cómo su visión experimental para la sociedad podría ser implementada en la práctica. Los titulares de las publicaciones en las redes sociales declaran cómo la ciudad de Camden desmanteló su comisaría en 2012, con tasas de delitos más bajas en los años siguientes. No hace falta decir que los titulares y las publicaciones en las redes sociales, alentados por los medios de comunicación tradicionales quieren que Camden sea el ejemplo que el movimiento abolicionista mira busca orientación, han sido más que un poco engañosos.

Las tasas de delitos sí bajaron de la implementación de la reforma policial de Camden. En 2013, había 1.950 delitos violentos denunciados en la ciudad. 5 años después, en el 2018, ese número había disminuido a 1.197. Esto es una disminución significativa de alrededor del 38%. Sin embargo, para entender por qué esas cifras disminuyeron , los abolicionistas de la policía deben recordar las razones por las que la gente generalmente recurre al delito. El delito es principalmente una consecuencia de la pobreza, el desempleo, la educación inadecuada, y una falta de recursos para los niños - todos cuales son subproductos del capitalismo. Camden no aprobó una serie de reformas sociales destinadas a mejorar las condiciones de la clase trabajadora y eliminar las causas principales de la pobreza. En su vez, el desmontaje supuesto de la Comisaría de Camden y los cambios siguientes a la policía en la ciudad tuvieron lugar bajo auspicios opuestos.

De hecho, la Comisaría de Camden fue desmantelada debido a una serie de medidas de austeridad estatales, con otros programas sociales y servicios de la ciudad sufriendo recortes juntos con la comisaría. Entonces no sorprende que el espacio dejado por la ausencia de la policía de la ciudad fue llenado por ambos la Policía del Condado de Camden, así como un sistema de supervisión totalmente renovado, destinado a poner fin a los delitos antes de que ocurran. Aunque los liberales señalarán este nuevo sistema como ejemplo de la policía comunitaria, con policías patrullando a pie interactuando con los ciudadanos de las comunidades que ocupan, esta narrativa disimula la naturaleza Orwelliano de estas reformas, que incluyeron un notable aumento en la presencia de cámaras de seguridad, micrófonos secretos, lectores de matrículas, puestos de observación móviles, y sistemas de inteligencia policial. Este nivel extremo de supervisión hizo posible que la policía registre tantos ciudadanos por los delitos más pequeños, que causó que los casos crecieran por 97.000 2013 hasta 2014. La policía del condado escribió 99 multas por montar una bicicleta sin timbre en el tiempo entre Julio y Octubre de 2014. Sólo una multa fue escrita por el mismo delito el año anterior. Este sistema de policía también permitió el uso de la fuerza excesiva sin consecuencias, lo que afectó desproporcionadamente a la población negra. Es irónico que los liberales usan esta ciudad como la ideal que la reforma policial debe esforzarse hacia, cuando fue revelado que una persona negra en Camden tiene 4.5 más probabilidades de enfrentarse con la agresión y de sufrir del uso de fuerza por la policía antes del arresto, en comparación con una persona blanca. El mismo sistema de policía existe en Camden como en cualquiera otra parte del país, aunque modernizado y más apropiado a las sensibilidades de los liberales en los suburbios que prefieren que el imperio y capitalismo para ser camuflados en términos más amigables.

En resumen, el modelo de policía que existe en Camden, aunque presentado por políticos y comentaristas liberales como una solución a los problemas del racismo inherentes a la policía, sólo es un fortalecimiento del mismo estado de vigilancia opresivo que existe en todo el país, y definitivamente no parece a la abolición de la policía.

Conclusión

Cuando el Consejo Municipal de Minneapolis anunció por primera vez su plan en Junio para disolver la policía de la ciudad, muchos izquierdistas por todo los EE.UU. celebraron esto como un paso adelante, afirmando que este fue un paso necesario “hacia el socialismo”. Al contrario, en realidad fue perjudicial para los obreros y el programa comunista. Esta narrativa no sólo falsifica totalmente la abolición y la reforma, sino que convence a las personas que un método gradual hacia el comunismo puede ser realizado. Además, el decaimiento de las protestas (en Minneapolis) desde el anuncio original muestra que el gobierno alcanzó su meta - aplacar a los obreros por decirles que sus preocupaciones serán abordadas, sólo a exigirles por nueva vez a votar Noviembre si quieren experimentar el cambio “verdadero”. Aunque las manifestaciones todavía están tomando lugar en ciudades como Nueva York y Portland, el bombo nacional se ha decaído y la gente está siendo exigido a solamente votar si quieren que su voz sea oída.

Esta serie de acontecimientos durante los dos meses pasados no es sorprendente. El movimiento de Black Lives Matter fue cooptado hace años para apoyar a las Demócratas, y esta reorientación de manifestaciones contra la brutalidad policial hacia el electoralismo sólo es una extensión de eso. Abordar a las quejas de la clase obrera con promesas electorales ha sido una táctica por siglos. Esto sirve para demostrar que los cambios de política y la votación no hacen nada para abordar a la raíz de los asuntos que afectan a la clase trabajadora. La policía seguirá aterrorizando a personas negras o personas sin hogar inocentes. No importa el político que esté en poder, y no importa de cualquier sistema comunitario “reemplace” a la policía en Minneapolis.

La policía sólo puede ser abolida cuando el capitalismo sea abolido. El capitalismo sólo puede ser abolido a través la autoorganización de la clase obrera y la formación de un partido revolucionario internacionalista, no por la reforma incremental o votos. Como comunistas, apoyamos a los manifestantes que se manifiestan contra la brutalidad policial, pero es importante que reconozcamos que hoy en día no existe un movimiento organizado de la clase obrera. Mientras siempre es positivo ver elementos de la lucha de las clases evidentes en las protestas, sin un movimiento unificado, serán desorganizadas y fracasarán al alcanzar cualquier meta a largo plazo hacia la liberación.

La clase obrera debe organizarse según sus intereses como clase. Tratando la brutalidad policial solamente como un asunto racial, en vez de un asunto de clase, intrínsecamente involucra la colaboración de clase. Asume que las personas negras son monolíticas y que todos tienen los mismos intereses, sin importar su posición de clase. Un movimiento desorganizado, combinado con la creciente aceptación de la política de identidad en los medios de comunicación tradicionales, ha permitido esencialmente la cooptación por la pequeña burguesía. Sólo muestra lo profundamente arraigado el capitalismo está en cada aspecto de nuestras vidas cuando te das cuenta del hecho que protestar contra el asesinato de un hombre negro desarmado naturalmente ha condujido a la promoción de negocios de dueños negros y corporaciones “progressistas”. ¿Exactamente, cómo ayuda el apoyo a un negocio de propiedad negra a los trabajadores negros aterrorizados por la brutalidad policial? Simplemente, no los ayudará. Los dueños negros de negocios que comprenden la burguesía pequeña no comparten los mismos intereses de clase que los obreros negros. Su identidad racial no cambia el hecho de que los dueños de negocios explotan a los que emplean, incluso los que se publicitan como negocios pequeños y con dueños familiares que “apoyan” a la comunidad local. Una persona negra de la burguesía sencillamente no tienen la misma experiencia que un obrero negro, y sus interacciones con la policía pueden diferir fuertemente debido a su posición de clase. Es posible reconocer el hecho de que la brutalidad policial en los EE.UU. es fuertemente racializada, y que afecta desproporcionadamente a las personas negras, si bien toma nota que la opresión tiene sus raíces en la clase.

Hay que reconocer que la brutalidad policial es un asunto de clase, no ignora el impacto del racismo. De hecho, tenemos que estar seguros de incorporar los intereses de los obreros negros y otros grupos minoritarios en los intereses de los obreros en general. El ejemplo de los conductores de autobuses en Minneapolis, Nueva York, y Chicago que negaron de manejar los manifestantes al cárcel fue una demostración excelente de la solidaridad de clase que ayudó mostrar que obreros de todas razas comparten los mismos intereses de clase. Debemos alentar este tipo de solidaridad entre obreros, porque muestra la resistencia contra las tácticas burguesas que históricamente han sido usadas para dividir la clase trabajador, distraer de la amenaza verdadera y volvernos unos contra otros. Después de todo, la acción de la clase contra la violencia policial es en el interés de todos obreros, porque un ataque contra una sección de la clase obrera es un ataque contra todos nosotros.

Grupo Internacionalista de los Obreros

Thursday, March 18, 2021