1917: Introducción

La Revolución Rusa de Octubre de 1917 fue única. Fue la única vez en la historia en la que los propios trabajadores tomaron las riendas del Estado en un intento consciente de construir el socialismo. El hecho de que finalmente fracasara no disminuye su poder de inspiración. Sea cual sea el punto de vista del lector, cualquier comprensión de la experiencia revolucionaria tiene que tomar la Revolución de Octubre como punto de partida. Por supuesto, la Revolución de Octubre no fue la perfección en sí misma. Las revoluciones no suelen ceñirse a los limpios caminos de los esquemas históricos soñados en abstracto. Pero los acontecimientos de octubre de 1917 fueron más heroicos y prometedores de lo que nos quieren hacer creer las mentiras de los historiadores académicos de pacotilla.

Sobre todo, no hay que olvidar que la Revolución Rusa formó parte de una oleada revolucionaria internacional que puso fin a la Primera Guerra Mundial. En los años siguientes estallaron revoluciones en Alemania, Hungría y Austria, mientras que en todo el mundo (y no sólo en Europa) los años 1918-23 fueron testigos de una serie de masivas movilizaciones con carácter de clase. Sólo un partido anticipó y promovió tal movimiento internacional. Fue el Partido Bolchevique Ruso. Todos los demás partidos socialdemócratas que pertenecían a la II Internacional (con la excepción de los pequeños partidos serbio y búlgaro) se apresuraron a apoyar a su propio gobierno imperialista o cayeron en el pacifismo. A pesar de las posiciones antibelicistas de algunos individuos en otros países, sólo los bolcheviques rusos en su conjunto adoptaron la postura de oponerse a la guerra imperialista mediante la guerra de clases. Si no hubieran hecho nada más, los bolcheviques habrían sido notables en la historia de la clase obrera sólo por oponerse a la marea del chovinismo en 1914.

Pero lograron mucho más. En la Revolución de Octubre fueron la organización a la que pertenecieron los trabajadores rusos con mayor conciencia de clase.

Fueron ellos los que sustituyeron el Gobierno Provisional burgués por el poder soviético, que para aquel entonces era una democracia mucho más vibrante que cualquier sistema que la burguesía haya producido jamás. Los delegados soviéticos podían ser revocados instantáneamente y, por lo tanto, eran mucho más responsables ante aquellos que les otorgaron el mandato que cualquier representante burgués que es elegido por un periodo de cuatro años y después puede decidir por sí mismo cómo actuar. Por supuesto, no todo era perfecto con este sistema proletario en ciernes.

Para empezar, el Consejo de Comisarios del Pueblo no era directamente responsable ante los Soviets y tendía a funcionar como un gabinete burgués.

A raíz de la reacción orquestada por el imperialismo internacional, que comenzó su ofensiva en marzo de 1918 con el apoyo de las llamadas Guardias Blancas, los tres años siguientes vieron el declive de los Soviets y el desarrollo de la dictadura del Partido. Pero esto no fue un acto premeditado de los bolcheviques, supuestamente sedientos de poder. Fue la lógica de tres años de guerra civil en la que perecieron al menos ocho millones de personas, incluida la flor y nata del proletariado revolucionario ruso de 1917.

De hecho, en ningún ámbito los bolcheviques tenían un programa claramente elaborado, aunque, desde el principio, los más avanzados del Partido se veían a sí mismos participando en una revolución internacional. Llamaban constantemente a una revolución internacional para salvar su propia revolución en una zona relativamente atrasada del capitalismo. Sin embargo, no tenían una política clara para las expropiaciones y la socialización. Durante el Gran Periodo Heroico de la Revolución de Octubre, como lo llamó un escritor en referencia al tiempo anterior al marzo de 1918, fueron los propios trabajadores los que abrieron el camino tomando sus propias fábricas. Fue durante este tiempo (en noviembre de 1917) cuando Lenin decía que:

La actividad creativa de base es el factor básico de la nueva vida pública. Que los obreros establezcan el control obrero en sus fábricas. Que suministren manufacturas a los pueblos a cambio de grano... El socialismo no puede decretarse desde arriba. Su espíritu rechaza el enfoque burocrático mecánico; el socialismo creativo vivo es el producto de las propias masas.

En esta breve historia no podemos hacer plena justicia a la vitalidad del proletariado ruso de 1917. Lo que hemos intentado mostrar es que en su forma de gobierno históricamente descubierta, los soviets (consejos obreros), dio lugar a una experiencia provechosa para la clase obrera en todas partes y cómo, a pesar de sus inevitables errores subjetivos (muy magnificados por nuestros enemigos de clase), el Partido Bolchevique se convirtió en un instrumento genuinamente revolucionario del proletariado ruso. Por el camino desmentimos el mito de que la Revolución de Octubre fue un golpe cuidadosamente planeado por un puñado de conspiradores profesionales y demostramos el carácter profundamente de masas de Octubre de 1917.

Communist Workers’ Organisation
(afiliado de la TCI en Gran Bretaña)
2007
Traducción: balanceyavante.wordpress.com
Tuesday, November 7, 2023